¿Quién soy? Una mirada a mi narrativa

Una reflexión sobre la construcción de nuestra propia identidad a través de las palabras

Soy el resultado de mis palabras, de mis historias, de mis recuerdos.

Soy la historia que he elegido ser contada. Soy la evolución de mis palabras.

La Narrativa de la Identidad

Para dar inicio a esta narrativa quise poner en práctica la incómoda pregunta, esa que nos invita a hablar de nosotros, en primera persona; por eso hoy me quise mirar al espejo durante unos minutos, tratando de encontrar, formular y construir una respuesta que le dé alivio a la angustia que aparece en el camino de la búsqueda del sentido por la identidad, una construcción que se construye todos los días, ladrillo a ladrillo; a veces de colores oscuros, pastel, y lúcidos, otros días, sin color y uniforme.

Traté de acomodar varias respuestas y me di cuenta del valor temporal de mis palabras, que eso que ayer me importaba y defendía febrilmente, hoy pasa desapercibido como la llovizna una tarde de verano. Esta es mi historia.

Soy Lina. No. Ese es mi nombre, pero tiene una carga emocional muy importante. Que no me pertenece propiamente pero que da sentido a mi existencia a través de la mirada de mis padres, de mis ancestros y de mi cultura.

Soy la hija de Oscar y Lucy. No es mi identidad, son mis padres.

Soy psicóloga y coach. No. Esa es mi profesión. Y así, hasta que se me agotaron todas las posibles respuestas al afán de mi identidad. Entonces…

Soy mis historias.

Soy la narración de mi identidad.

Soy mis recuerdos. Soy mi cultura, soy mi idioma.

Hoy soy lo que pensé ayer, mañana puedo ser lo que piense hoy. Soy una construcción subjetiva que responde a mi concepto de felicidad.

Uno de los dilemas robustos que más determina nuestra existencia se explica por esta pregunta: ¿Quién soy? Intentamos darle respuesta durante nuestras vidas y nos vamos ajustando a nuestras realidades y percepciones, y así, nos vamos empoderando con un discurso sonante y constante que va tomando tintes y matices en torno a nuestra realidad.

Para dar foco a esta pregunta, vamos a intentar entender la lógica de nuestra narrativa. Empecemos entendiendo qué es la identidad.

La identidad

La identidad no es algo fijo, es móvil y dinámica. Cuenta con una dimensión temporal; es decir, es una historia contada, nutrida de relatos, los mismos a los que yo les doy sentido con mis palabras. Además, es el resultado de una vida contada, examinada, retomada. Somos narratividad.

Los recuerdos, los nuestros, dan sentido a la identidad. La identidad que nos habita. Somos palabras. Así pues, la primera palabra que me habita es mi nombre. Ese nombre que viene cargado de expectativas, de sueños, ideales, algunas etiquetas que se pueden convertir en estereotipos y otras cargas generacionales que trae esa palabra que hablará de mí toda mi vida. ¿Entonces, decir que “yo soy Lina” responde al sentido y la lógica de mi identidad? No. Pero sí me carga con esas palabras prestadas, que no me pertenecen pero que lamentablemente me acompañan hasta que soy consciente de que no son mías.

Soy el legado. Somos lo que recogemos de las generaciones anteriores. Soy mi idioma, esa identidad sonora, la que le da sentido a la manera en que veo el mundo. El legado hace referencia a la determinación cultural, ese llamado de la pertenencia.

Soy el guionista, narrador y protagonista. Sé determinado con tus palabras, porque determinarán tu carácter. Las palabras definen y le dan forma y sentido a quién soy, quién quiero ser y cómo lograrlo. Entonces, desde la lógica de construir una narrativa que dé cuenta de lo que quiero ser, vamos a identificar los elementos claves que tenemos para hacer sostenible la propia identidad.

Soy el ingeniero, constructor y arquitecto de la casa que voy a construir. Soy el que cuenta la historia. ¿Qué historia quieres contar?

Lina Fernanda Tamayo Gómez

Share this post