La Psilocibina como insumo terapéutico en los procesos de sanación.

Psilocibina y Psicoterapia, un nuevo modelo basado en evidencia científica

¿Que es la psilocibina? La psilocibina (también conocida como 4-PO-DMT o 4-fosforiloxi-N,N-dimetiltriptamina) es un alcaloide triptamínico que en el cuerpo se metaboliza en psilocina, un compuesto psicodélico presentes en algunos hongos.

Los hongos psilocíbicos pertenecen a la familia de los enteógenos, palabra que viene del griego, éntheos, (que tiene un dios adentro) y se refiere particularmente a una sustancia con propiedades psicotrópicas (agente químico que actúa sobre el sistema nervioso central, lo cual trae como consecuencia cambios temporales en la percepción, en el estado de ánimo, en el estado de conciencia y en el comportamiento), que al ingerirse provoca un estado alterado de conciencia. Se utiliza en contextos espirituales, religiosos, ritualísticos y chamánicos, recreativos y de acuerdo a las últimas investigaciones su uso se ha extendido en el entorno médico.

La psilocibina es producida naturalmente por alrededor de 200 especies de hongos, incluyendo los del género Psilocybe como P. cubensis, P. semilanceata y P. cyanescens.

El uso de los Enteógenos y particularmente de los hongos psilocíbicos como herramienta en la práctica terapéutica viene transformando la vida de personas que durante mucho tiempo han presentado y padecido el dolor y sufrimiento, es por esta razón que cada vez son más la investigaciones que apoyan el uso responsable de los hongos psilocíbicos en los procesos médicos y terapéuticos. Ya que el uso controlado de éstos han demostrado experimentar la trascendencia a través de prácticas como la meditación, la psiconáutica y la psicoterapia psicodélica.

La intensidad y duración del efecto enteogénico de los hongos psilocibios es altamente variable, depende de la especie de hongo, la dosis, características fisiológicas individuales y del set (que hace referencia al estado emocional de la persona en el momento de la experiencia) y del setting (que hace referencia al entorno donde se va a vivir la experiencia)

Un poco de contexto histórico de su uso:
Se ha demostrado que el uso de las plantas enteógenas ha estado presente a lo largo de nuestra evolución humana, incluso hay quienes se atreven a explicar y formular la teoría evolutiva que hace referencia al eslabón perdido en la evolución humana, argumentando que el consumo por parte de los hermanos primates de hongos psilocibicos permitió avanzar en el escalón evolutivo de homínido en Homo sapiens, entendiendo el efecto que produce en la conciencia, facilitando principalmente el desarrollo del lenguaje, llevando como consecuencia la comunicación y la pertenencia, generando comunidad y dando como resultado la congregación, bases fundamentales para el desarrollo de los sistemas sociales.

Maria Sabina, mujer de origen Mexicano dio a conocer el poder de los hongos psilocibicos a científicos y celebridades de la época, estamos aproximándonos a finales de los años 50, como consecuencia de este colectivo histérico y absorto por las experiencias generadas en los estados extáticos, el cual hace referencia al estado del alma de una persona caracterizado por un intenso sentimiento de alegría, placer, admiración, plenitud máxima, hacia su entorno o dirigido a otra persona, tan intensos que se experimenta un integración y sensación de totalidad. Así fue como el conocimiento que María Sabina entregó de manera genuina y desinteresada a las personas que la visitaban y quien basada en sus creencias espirituales abrió paso a la investigación científica y el interés de los círculos académicos y por supuesto también se fue generando un colectivo curioso por experimentar estos estados, de manera que rápidamente llamó la atención de los estados y especialmente del gobierno de los Estados Unidos quienes en liderazgo del presidente Nixon cerraron la puerta de la investigación y rápidamente alertaron la prohibición de los hongos psilocíbicos y otras sustancias psicoactivas como el LSD y plantas de poder, descartando las investigaciones que para entonces mostraban evidencia clínica en su uso responsable.

Fue así como para los años 60 se propagó su uso en diferentes investigaciones y entre otras cosas, fue creando la nombrada comunidad Hippie.

Para entonces, con la prohibición por parte de los Estados Unidos fue difícil acceder a la investigación, sin presupuesto financiero por parte de Universidades e Instituciones científicas, el uso se fue relegando a pequeños colectivos que fueron quedando en la sombra y la investigación fue quedando en garajes ocultos del lente público y legal.

Pasaron años hasta que lo inevitable resurgió, el uso responsable de los psicodélicos y particularmente de la Psilocibina fue mediador de tratamientos controlados, volviendo a abrir una ventana a la investigación.

Renacimiento psicodélico y la psilocibina:
“Se ha abierto una puerta para la reutilización médica de los psicodélicos. Existe la posibilidad de que fármacos como la psilocibina puedan satisfacer una importante necesidad insatisfecha en el tratamiento de trastornos psiquiátricos.” (Carhart-Harris & Goodwin, 2017.)

Hace ya varias décadas se ha retomado el estudio y la investigación de la psilocibina en entornos controlados. Paulatinamente, diversas universidades de Estados Unidos han continuado desarrollando investigaciones en el área psicodélica. Es el caso de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, junto al equipo liderado por el Dr. Stephen Ross lleva adelante diversas investigaciones con el uso de psilocibina, entre ellas destacan las vinculadas a la angustia existencial y depresión, junto a ideas suicidas en personas con cáncer terminal.

Los resultados de una serie de estudios, publicados entre 2011 y 2016, apoyan la hipótesis de que la terapia asistida con psilocibina puede ser un tratamiento eficaz contra el suicidio, así como mejorar la angustia psicológica y existencial relacionada con el cáncer.

Sostiene que los psicodélicos tienen la capacidad de crear nuevos significados sobre vivencias y acontecimientos de la vida, generando nuevos sentidos y en consecuencia un impacto positivo en la desesperanza y la desmoralización ante la enfermedad (Ross et al., 2021).

Como psiquiatra especializado en adicciones, Ross indagó también el uso de psicodélicos en pacientes con consumo problemático de alcohol, reanudando junto Michael Bogenschutz y su equipo investigaciones que habían estado pausadas desde la década del 1970.

En un pequeño e interesante estudio descriptivo de tres casos de personas con consumo problemático de alcohol, puede apreciarse el impacto profundo y movilizador que produce la psicoterapia asistida por psilocibina, generando experiencias de carácter místico, sentimientos de perdón, amor, autocompasión y aceptación de conductas pasadas (Bogenschutz et al., 2018; Bogenschutz & Ross, 2018).

Quizá lo más interesante es la manera en que la experiencia se manifiesta de forma particularmente significativa y trascendente para cada individuo, promoviendo cambios en la percepción de sí mismo, permitiendo un mayor control de sus ansiedades y la capacidad para enfocar su mente en el momento presente (Bogenschutz et al., 2018).

Diversos estudios sugieren que la psilocibina “produce cambios significativos en la dinámica cerebral y en la conectividad funcional entre áreas del cerebro” (Lowe et al., 2021).

Camino a más investigación:
En la actualidad se está generando una enorme producción científica y bibliográfica que se refiere al uso médico y terapéutico relacionado con las terapias psicodélicas, cuestión que promete un avance acelerado en los descubrimientos y nuevas modalidades de intervención. Cada año son más las universidades en Estados Unidos que destinan recursos al estudio e investigación de los psicodélicos, creando divisiones especializadas en esta temática.

El estado de Oregón fue el primero en legalizar el uso terapéutico de la psilocibina en el año 2020. En tanto algunos estados han despenalizado la sustancia, otros están considerando seguir ese camino (Andrew, 2021).

Canadá también ha flexibilizado el uso de la psilocibina con fines terapéuticos, primero para pacientes con depresión y ansiedad asociada a enfermedades terminales y en 2020 para personas con depresión (Blanco, 2020). A mediados del 2021 el gobierno australiano anunció que destinará dinero para investigación en ensayos clínicos con psicodélicos incluida la psilocibina (Landis- Hanley, 2021). En Europa ya son varios los países que desarrollaron equipos de investigadores psicodélicos, como, por ejemplo, Inglaterra, Alemania, Suiza, República Checa y España. En América Latina se han formado grupos de investigadores en países como Argentina, Brasil, Chile, Perú, Colombia y Uruguay.

En un mundo cada vez más anónimo, donde los vínculos se diluyen en mensajes de texto, fotos y grabaciones de voz, los cuales, en el mejor de los casos son reproducidos a velocidad normal; en el que las enormes y tumultuosas ciudades de cemento nos distancian de los ciclos de la naturaleza; donde el ruido del tránsito es más común que el de las aves, no debe sorprender que sustancias como los psicodélicos tengan un poder trasformador sobre nuestro sentido de la vida y sistema de valores. Ellas nos empujan a desconectarnos de nuestro ensimismamiento, invitándonos a ver y sentir el mundo como si fuéramos niños y volviéramos a descubrirlo.

Comparto la posición de Carhart-Harris (2014) en relación a que los psicodélicos podrían llevarnos a estados de conciencia primarios, en donde las asociaciones son más flexibles y los pensamientos menos estructurados. Posiblemente, si estuviéramos dispuestos a incorporar la psilocibina como parte del tratamiento de la salud mental, estos cambios en la forma de percibirnos a nosotros y al entorno, podrían ser transformadores, podríamos experimentar realidades más compasivas y cooperativas.

La implementación de psicodélicos como coadyuvantes en psicoterapia supone un cambio de paradigma en el tratamiento de múltiples trastornos mentales. Esto implica pasar de un modelo médico tradicional de consumo diario de sustancias que atenúan los síntomas, a otra de aplicación puntual que tiene como objetivo permitir aflorar aquello que nos aqueja de forma más profunda. Aquí creo que el enfoque psicoterapéutico de las llamadas corrientes de psicologías profundas, psicología positiva & Terapias Holísticas tienen mucho para aportar.

Microdosis de Psilocibina
La Microdosificación hace referencia la práctica de usar dosis por debajo del umbral mínimo para una experiencia enteogénica o psicodélica. El uso terapéutico de las microdosis tienen un impacto positivo en las personas ya que no generan un estado alterado de conciencia, no hay una experiencia psicodélica como tal, sin embargo se perciben los beneficios creativos, mayor interés por el estado presente y la conciencia, el enfoque, rendimiento intelectual, reducción de síntomas asociados a la tristeza y la ansiedad, entre otros.

A diferencia de una dosis completa, una microdosis está destinada a hacer subperceptual o apenas perceptible. Entonces, el objetivo de una microdosis no es lograr un estado trascendental o ver tu vida desde una perspectiva completamente nueva como es común con dosis más altas de hongos. Las distorsiones visuales tampoco son parte de la experiencia de la microdosis. En realidad, se trata más de una ligera apertura o mejora de los sentidos, lo que se traduce para muchas personas en una mayor sensación de presencia en sus actividades diarias. Otra razón común por la que las personas toman microdosis, es para mejorar la creatividad y el enfoque. Por ejemplo, muchas personas descubren que hacen nuevas conexiones durante los días de las microdosis que normalmente no harían. De manera similar, muchas personas informan que la microdosis les ayuda a calmar su dialogo mental y a concentrarse más profundamente en una tarea que tienen entre manos, o posiblemente incluso a entrar en un estado de flujo en el que están tan absortos en una actividad que pierden la noción del tiempo.

La toma de microdosis acompañado de un proceso terapéutico y bajo un protocolo de dosificación han resultado ser de mucho beneficio, entregando insumos de valor para la persona en su proceso terapéutico.

Un estudio en Europa publicado en diciembre de 2018 que utilizó el esclerocio de hongos del género Psilocybes —cuyo principio activo principal es la psilocibina— con 38 voluntarios «demostró cuantitativamente que las microdosis psicodélicas podrían mejorar el rendimiento creativo, posiblemente mediante la inducción de un estado de pensamiento sin restricciones que permite una mayor generación de ideas novedosas».

Psilocibina y Psinaptogénesis: Efecto sobre las uniones neuronales.

La psilocobina aumenta las uniones neuronales, es decir, la psinaptogénesis, aumentando la densidad de las dendritas y la fuerza de comunicación entre ellas mismas.

Imaginate como si una neurona fuera un árbol y el tronco del árbol es el responsable dde conducir la información (es decir, el axón) hasta las dendritas. Las dendritas son estas que facilitan la comunicación con otras neuronas, de esta manera, las dendritas vendrían siendo las ramas de árbol, entonces, esto sugiere que se ven más ramas y más dendritas, más densamente pobladas y por lo tanto funcionan mejor. Así las uniones neuronales están más estrechas. Al interior de las neuronas hay unas vesículas llamadas vesículas sinápticas, donde se encuentran los neurotrasmisores, sustancia que facilita la comunicación entre una y otra neurona, aumentando la densidad de la vesícula sináptica, y es así es como se aumentan la uniones neuronales y se facilita la comunicación y la liberación de los neurotransmisores entre una y otra neurona.

Según lo anterior se puede decir que hay mayor intercomunicación neuronal, y esto se traduce entre muchas otras cosas a generar más ideas, conexión y neuroplasticidad.

Conclusiones
– Hay una alta necesidad de seguir dando fuerza a las investigaciones a nivel científico para conocer los efectos de la psilocibina en el cuerpo y en el cerebro.
– Hasta ahora la evidencia científica demuestra grandes beneficios en un nivel terapéutico bajo un modelo de control de uso asociado a un modelo clínico y un enfoque terapeutico basado en la aceptación, la gratitud y el propósito de vida.
– Las microdosis han demostrado valor en las personas asociado a mayor enfoque, presencia, creatividad, además de disminuir los síntomas asociados a la tristeza y la ansiedad.
– Se sugiere el uso siempre que esté orientado a un propósito superior.
– No hay evidencia de toxicidad por parte de la psilocibina en el organismo humano.
– El set y el setting son dos aspectos fundamentales a la hora de tener experiencias psicodélicas en dosis elevadas.
– Hay una fuerte deconstrucción del ego en la experiencia psicodélica, lo que facilita los procesos de integración del Yo.
– La evidencia demuestra una alta conexión entre la psilocibina y la psinaptogénesis.
– La microdosificación es una herramienta terapéutica que cada vez está tomando mas fuerza en los consultorios médicos y terapéuticos.

Si deseas iniciar tu proceso terapéutico con psilocibina, asegúrate de estar acompañado por un profesional responsable. Como todo, hay personas que en busca de ganancias secundarias y al no ser una sustancia regulada evita caer en la trampa de un proceso indiscriminado y delicado para tu integridad.

En la práctica terapéutica, acompaño personas en sus procesos de sanación con un enfoque Integrativo, funcional & Holístico. La psilocibina ha sido definitivamente un insumo de mucho valor en el contexto terapéutico. La microdosificación y las sesiones asistidas con dosis más elevadas le han entregado insumos al consultante para su proceso de perdón, compasión e integración.

Para más información, ingresa a www.terapeutaholistica.com.co

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