La ansiedad y Depresión
La máscara de la modernidad
El silencioso deterioro del bienestar. Cómo se presenta y cómo se gestiona.
Tenemos un cerebro que no está prepara para funcionar y para someterse a la cantidad de estímulos que le presentamos en la cotidianidad, y el ejercicio de la multitarea no funciona ni siquiera para las maquinas computadoras más avanzadas, imagínese a los límites de estrés que sometemos día a día a nuestro sistema nervioso central, llevándolo a ejecutar todos sus programas y conexiones en simultáneo; he aquí la causa de las enfermedades del siglo XX mas silenciosas incluso me atrevería a decir que son tendencia en los consultorios de profesionales de la salud mental y casi que hemos normalizado estos síntomas que atacan directamente nuestro sistema inmune y por supuesto nuestra vitalidad, capacidad de ejecución, energia vital y nuestra homeóstasis biológico.
Cuando compramos el cuento a la modernidad que entre más ocupada y distraído esté más cerca estoy del éxito. Es el momento que se haga la pregunta; ¿qué es el éxito para usted?
Básico para empezar a configurar y comprender las renuncias que usted está haciendo para llegar a tan anhelado estado que lejos está de ser el nirvana de la felicidad.
En consecuencia nos encontramos con sistemas de salud colapsados, con cifras alarmantes frente a la salud mental. ¿Como llegamos a esto? Simple, el cuento de la Hiperconectividad, la inmediatez, la competitividad y las nuevas demandas del mercado acelerado y en crecimiento ha llevado a la raza humana a expandir su capacidad en fronteras imposibles de alcanzar y sobretodo de sostener para nuestro vulnerable sistema nervioso.
Bajo la premisa de la evolución y de la competitividad nos hemos convertido en Ser altamente estimulados por el entorno, y así cual conejillo de indias y al mejor estilo de condicionamiento, entre premio y castigo; donde el premio no es nada distinto que es estatus, la pertenencia, la aprobación estereotipada y el castigo es la ausencia de lo anterior, en una línea muy marginada, le hemos dado todo el poder a la sobre estimulación para que opere en nosotros y como consecuencia llegamos atestados a las salas y centros de salud y consultorios privado en busca de apagar el ruido que no existe en otro lugar distinto que nuestro sistema.
Explicar de dónde viene la ansiedad y la depresión se hace demasiado obvio si vanos a los libros mas taquilleros donde nos explican cómo llegar al máximo nivel mental y bestsellers de los últimos tiempos; por que es justamente eso lo que consumimos: Sed de éxito, lejos de ser genuinamente mi éxito.
Cual co-equiperas ellas haciendo de las suyas en la experiencia de vida de las personas que la padecen y la hemos padecido al menos una vez en la vida en un sentido clínico y crónico evidentemente; la ansiedad y la depresión aparecen de manera marcada y acelerada en la sala de nuestros hogares y ya contamos con un mueble mas para sentarlas muy cerca de nuestra familia y de nosotros mismos, habitando los espacios más cercanos e íntimos de quien insiste en sostenerlas.
Y entonces? Lo primero es identificar la causa, porque la ansiedad y la depresión son meras observaciones sintomáticas, y se asoman como consecuencia de un patrón aprendido, de un miedo indefinido, de una expectativa co creada o de una ilusión que solo existe en la mente humana.
¿Cómo llegar a la causa? Esto requiere un proceso de introspección muy profundo donde navegando por las aguas del inconsciente forme un tejido lo suficientemente claro que lleve a la persona a la comprensión; no al entendimiento, a la comprensión y esto por lo general requiere de acompañamiento profesional que facilite las vías de acceso y que acelere el proceso por medio de procesos terapéuticos.
Mi recomendación. Además de tomarse muy en serio la salud mental, la cual depende exclusivamente del ser que la experimente, procure tener espacios para usted, lejos de la distracción del entorno competitivo, de los dispositivos móviles, procure tener diálogos internos frecuentemente, escriba, la escritura es un excelente método de canalización, medita, ejercite su cuerpo, aliméntese de manera consciente, camine descalzo de vez en cuando, abrace un árbol, tenga conversaciones reales, profundas, escuche a las personas que están a su alrededor; no de manera reactiva sino de manera empática, escuche música, salga una tarde con usted y regálese una experiencia grata, apague el celular media tarde, una vez a la semana, su cerebro se lo agradecerá.
Procure salir de la ciudad en tanto pueda hacerlo, observe los árboles, las montañas, los ríos, las flores, así ira entendiendo de lo que realmente está compuesto el mundo. De magia, de sonidos perfectos, de oxigeno que nutre nuestro sistema al respirar.
Inicie la ruta del auto reconocimiento por medio de la respiración, cinco minutos de respiración consciente le van a devolver el equilibrio durante esos dias caóticos atestados de cafeína.
Siga su intuición, estudios reconocer la intuición como parte de los sentido, escúchela, entre más la escuche más fácil podrá comunicarse con sus intenciones, lejos de los deseos del ego. No estamos enfermos, la ansiedad y la depresión no es nada distinto a los llamados que nos hace el sistema nervioso para tomar una pausa, regálese esa pausa, regálese la experiencia de vivir.
Lina Fernanda Tamayo Gómez